“No me imaginaba estar dando este tipo de explicaciones a esta fecha del año”, comenta Wenceslao Schimmel, gerente financiero del grupo ALZ Agro.
Ocurre que tras los defaults de Los Grobo, Agrofina y Surcos, tres firmas muy reconocidas en el negocio de las distribución de insumos agropecuarios, se dispararon los temores de inversores, prestamistas y también en la cadena agropecuaria sobre la salud financiera de las empresas del sector.
En ese contexto, circuló por todos lados un informe de la calificadora FIX (que, justamente, viene de no advertir los problemas en las tres defaulteadas) en las que les pasa a “perspectivas negativas” los negocios de ALZ Semillas, Metalfor, Fuhrmann y Atanor con el argumento de que enfrentan un contexto de precios internacionales bajos de los granos, tipo de cambio desfavorable, demanda más contenida de los chacareros por menor márgen y alta presión impositiva.
“Metieron a todas las empresas en una misma bolsa. Nosotros no estamos en ninguna situación de estrés financiero ni nada que se le parezca por eso es importante que salgamos a aclararlo. Estamos hablando con bancos, inversores, clientes, proveedores y la prensa”, cuenta Schimmel, quien recibe a Rosario3 junto con uno de los socios de la compañía, Luis Pérez.
Según los números que mostró el gerente, para este año la empresa tiene compromisos de pagos en Bolsa (entre ON y Pagarés) por 17 millones de dólares, compromiso que, cuenta, se abonará en tiempo y forma (sin rollear).
“Para afrontar los pagos tenemos colocaciones líquidas en bancos por 10 millones de dólares (entre caja e inversiones corrientes), más 12 millones de dólares en líneas de crédito otorgadas por bancos que no se tocaron, y todo el flujo comercial de las cuentas por cobrar de la campaña pasada y las ventas que se generen de la nueva campaña, y sin contar la flexibilidad que nos da la posibilidad de concentrar deuda comercial con nuestro principal proveedor de semillas por hasta u$s 25 millones a 365 días de plazo”, enumera.
“Así que no se refinancia nada. La ON que tomamos en 2023 se pagará, como está establecido, en marzo, julio y septiembre”, asegura el ejecutivo.
Schimmel y Pérez comentaron que las emisiones que hicieron en Bolsa en 2023 fueron para aprovechar las tasas negativas (sobre todo para negocios dolarizados, como el agro) de aquel año.
“No tomamos deuda para hacer inversiones, es más hace dos años que no hacemos grandes inversiones en estructura. Con esos fondos cancelamos deuda y anticipamos compromisos con nuestro proveedor provincial de semillas para reducir al máximo la deuda comercial. Pagamos todo lo que pudimos hasta que, como pasaba en ese año, los proveedores no te querían cobrar más porque nadie quería los pesos, que quemaban por la creciente inflación y la devaluación permanente”, recuerda el gerente.
“En un año de muy buenas ventas, como 2023, obtuvimos tasas bajas en la Bolsa y descuentos por pago en efectivo en el proveedor. Por eso el balance que cerramos en marzo de 2024 fue extraordinario. Tuvimos renta de cartera del 40/50% contra el 30% promedio”, resalta.
Con el nuevo modelo económico de estabilidad de precios y tipo de cambio pisdado sin tocar retenciones (y en un contexto de precios de granos en baja), el escenario de ventas de semillas (para todo el sector) cambió en 2024 con productores que ya no anticipan compras, son medidos y cautos en las operaciones y no convalidan cualquier precio.
“Todo esto se verá reflejado en el balance que cierra en marzo. Y por eso FIX puso la perspectiva negativa, pero -y como dato no menor- nos mantuvo la calificación en A-, que es muy buena porque nos mantiene en A, y eso habla de la buena salud financiera del grupo”, resalta el ejecutivo de ALZ.
“Sobre todo cuando esperamos que la campaña de semillas que arranca en marzo/abril de este año mejore para nosotros, por crecimiento del área de maíz, nuevos negocios en sorgo, colza y soja en los que estamos incursionado y porque, en el contexto económico, vemos que los productores necesitan darle más eficiencia a la inversión, como una suerte de vuelo hacia la calidad, y ahí tenemos una ventaja comercial”, remata Pérez.
Deudas y Pagarés
Como ocurre en los momentos de convulsión financiera asoman cuestiones a revisar del funcionamiento de los mercados y de las estrategia financieras de las empresas, pero es fundamental ajustar la sintonía y calibrar bien el panorama.
Por ejemplo, claramente el nuevo modelo y el actual contexto de ventas dejó muy expuestas a las empresas muy apalancadas. Pero no toda deuda debe ser vista como un problema.
Las empresas que tomaron deuda para expandirse, por ejemplo abriendo sucursales, sumando hectáreas sembradas, desembarcando en el exterior, engrosando personal, y los agarró el cambio sin tener consolidada esa expansión de la estructura son las que están en problemas.
Es más, cubrirse de la inflación y la devaluación con una proyección de liquidez (stock) que fue mucho mas ilíquido que lo que esperaba (porque la demanda de insumos cambió fuerte en 2024 y ya no hay tasas negativas) aparece como el orígen de los defaults de las tres empresa del agro que cayeron.
Por eso, no hay que poner en esa bolsa de empresas complicadas a aquellas empresas que tomaron deuda (aprovechando tasas bajas) para capital de trabajo o cancelar otros pasivos más costosos, como era el comercial.
Es más, no hay que perder el foco en que las empresas argentinas tienen una porción baja de deuda sobre producto en términos internacionales, así que -con ajustados controles de riesgo- tienen mucho por crecer.
Otro tema que merece una mirada más profunda es el Pagaré Bursátil. Por su facilidad operatoria, se convirtió en los últimos años en el principal instrumento de financiamiento que se transa hoy en el Mercado Argentino de Valores (MAV) quitándole el trono que por años tuvo el cheque de pago diferido. Solo en noviembre pasado se negociaron $717 M en Pagarés, representando el 59% del volumen operado en el MAV en ese mes.
Los Pagaré quedaron en el ojo de la tormenta porque fueron los primeros papeles que las empresas defaultearon y así quedaron expuestas sus debilidades: es un instrumento de riesgo, sin garantías y sin información asociada. Características que explican la iliquidez que tienen en la actualidad los Pagarés que emiten empresas del agro cuando antes el mercado tomaba todo lo que salía.
Ahora bien: ¿El problema está en el producto o son las empresas que tomaron el instrumento y lo usaron mal">