La semana que viene habrá nuevos combates en la batalla por la hidrovía. Con buen perfil hídrico en los suelos de cara la cosecha gruesa y con casi nulas expectativas de mejoras en el tipo de cambio o baja de retenciones, la atención en el mercado de granos se concentra en la fuerte disputa entre pesos pesados a nivel mundial por quedarse con la concesión de la vía navegable. Pero atentos al golpe a golpe entre dragadoras europeas, asoma un temor entre los s del sistema como son los agroexportadores, los puertos y la navieras: que todo quede en la nada y la hidrovía siga bajo comando del Estado y sin las grandes inversiones que necesita para mejorar la navegación.

Por estas horas, las dragadora belga Dredging (del grupo Deme) y la holandesa Rhode Nielsen -que esta semana presentaron reclamos istrativos en muy duros términos denunciando el direccionamiento de la licitación y del pliego al actual operador (la belga Jan de Nul), impugnando el proceso y solicitando la nulidad del pliego a menos que se lo modifique- analizan la conveniencia de seguir escalando el reclamo por vía judicial.

Y no solo con el pedido de una medida cautelar para frenar la licitación en marcha, algo casi descontado, sino con denuncias penales contra el proceso y contra los funcionarios que, alertados sobre lo que entienden es una posible comisión de delito, no están haciendo nada para frenarlo. No es decisión tomada concretar semejante embestida, pero la posibilidad está en análisis.

La escalada del conflicto entre las dos empresas belgas despertó preocupación en la propia embajada de Bélgica en Buenos Aires. Pero un informe que llegó a manos del embajador Karl Dhaene lo terminó tranquilizando: no hay licitación en el mundo que no los enfrente con uñas y dientes. Tratándose, entonces, de la licitación hidroviaria más importante del globo prevista para 2025 no debería llamar atención que las empresas se juegan el todo por el todo.

Precisamente, ese es el tenor del mensaje que le llega al gobierno de parte de quienes quieren que no se caiga el proceso: no hay novedad en la virulencia de las acusaciones entre dragadores oferentes. ¿Será tan así que no pasa nada? Esa duda no se disipó, al menos por ahora, en todos los círculos empresarios y políticos que están sobre el tema.

En esa línea, entre los s se  lamentan que las dragadoras enojadas no hayan optado por la presentación concreta de sus principales objeciones con las propuestas de cambio a las autoridades, destacando que la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación está muy abierta ante los pedidos de cambios, y que -de hecho- ya modificó cuestiones planteadas por ellos (como dar certidumbre de que el dragado llegará a 44 pies). “Entraron a negociar con una patada en los dientes. Es muy difícil luego conciliar ”, grafica una fuente portuaria.

Fórmula bajo la lupa

Las presentaciones de Dredging y Rhode no sólo le sumó documentación a revisar en los equipos los técnicos de las entidades de s de la vía navegable, sino que también los llevó a profundizar en un tema que, como estaban concentrados en ver si el pliego estaba acorde a sus necesidades, no habían focalizado: ¿hay o no en los términos y condiciones realmente una direccionamiento hacia una empresa en detrimento del resto?

Dredging y Rhode dicen que las exigencias técnicas son un traje a medida de Jan de Nul. Pero en el ambiente se estima que Boskalis también queda bien parado para presentar batalla.

En principio, hay coincidencia entre los s de la vía navegable con el argumento del gobierno en levantar la vara muy alta en las exigencias técnicas y no permitir UTES para evitar que se colen a competir empresas que no tienen la envergadura y la espalda suficiente para encarar con alta eficiencia una tarea tan vital como tener perfectamente acondicionada la ruta por donde sale la soja (y entran los dólares) al país.

Pero el análisis se centra en la ponderación que se le dio a esos factores y exigencias técnicas en la valuación final de las ofertas presentadas. ¿Están bien calibrados o necesitan un ajuste fino para evitar que se direccione? Esa respuesta están buscando los s. Y a una conclusión ya llegaron: hacer a las apuradas los pliegos (sin esperar ni siquiera un borrador que les estaban preparando los s) es parte causal de todos estos contratiempos.

Por ejemplo, de los primeros cálculos que estuvieron haciendo en las entidades con la valoración que se le hace a los antecedentes técnicos, Jan de Nul podría ganar el contrato ofreciendo una tarifa apenas por debajo de la puesta como referencia en los pliegos, forzando al resto a rebajas del 40% para ser competitivos.  

¿Y si en vez de ponderar las cuestiones técnicas en la valuación final de la oferta, no se disponía que con solo pasar las exigencias (estableciendo requerimientos altos) todos quedaran en igualdad de condiciones para que defina la compulsa la oferta económica? La pregunta circula entre agroexportadores.

A fin de cuentas, ¿no es meterse en la forma de trabajar de cada empresa exigirle que las dragas a utilizar sean propias y no alquiladas? ¿No bastaba con exigir un tipo de draga especial, independientemente de su titularidad? ¿Por qué ponderar más en la valuación a quien tiene draga propia">