-“Me sacaron al gerente de ventas. Era muy bueno. Vos lo conocías.”

La frase partió de boca de un importante empresario de la ciudad y generó en quién del otro lado del teléfono lo escuchaba la incógnita sobre la identidad del gerente de ventas perdido: ¿Quién era?

-“Sergio Massa”

La ocurrencia, que provocó una sonrisa del otro lado de la línea, expone cómo viven  hoy las empresas el proceso de acomodarse al nuevo modelo económico en el que, como los pesos (que no sobran) ya no queman en las manos del consumidor (porque  la inflación baja y el dólar está planchado), las ventas dejaron de venir solas y ahora se deben salir a buscarlas. 

Y es que no son pocos los comercios que se habían acostumbrado a despachar más que a vender. Para colmo, al no haber subas contínuas, generalizadas y desordenadas de precios (que, al estar desorientado, el consumidor validaba), las empresas ya no pueden trasladar al valor del producto las ineficiencias propias.

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“Cuando viajo a la Argentina llevo una libreta en la que anoto todos los gastos que hago y me sorprende la magnitud y la velocidad en la que todo se encarece en dólares”, cuenta Ivo Sarjanovic, en la mesa virtual semanal que organiza la consultora Agroeducacion con empresarios y analistas de la agroindustria.

Sarjanovic es tal vez el principal talento rosarino en el trading internacional de granos. Hace años que se fue a vivir a Suiza para ocupar un alto cargo en las mesas de negocios de Cargill y hace un tiempo que se independizó como inversor y consultor. Y desde su casa en Ginebra, revisa los gastos anotados en la libreta.

“En el viaje que hice en noviembre de 2024  gasté un 120% más en dólares de lo que gasté en noviembre de 2023. Y los precios que me están pasando ahora para el viaje que voy a hacer en marzo son 20% más caros de los que me cobraron en noviembre pasado”, relata. 

Y completa con su visión de especialista: “Todo plan de estabilización acompaña una apreciación del tipo de cambio. Pero me preocupa la velocidad y magnitud porque no es acompañada de una mejora en la productividad, que es lo que haría que la apreciación tenga un fundamento cierto”.

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Y si hay gente que sabe de atraso cambiario, es la del agro.

Llueve sobre mojado, dice la canción de Fito y Sabina. Pero en este caso sería: atraso cambiario sobre sequía.

Y es que en el campo cayó como un baldazo de agua fría (y no como la lluvia que están esperndo) el anuncio del gobierno de reducir a la mitad el ritmo de la devaluación. Precios bajos y retraso cambiario, más noventoso no se consigue para el campo. Pero para peor en aquella década no había retenciones.

Esperando por Milei, y mientras las bases empiezan a presionar a la dirigencia rural por medidas de fuerza. “Me dicen que en la primera semana de febrero habrá reunión de la Mesa de enlace y el Ministro de Economía. Estarían tratando baja de retenciones. Ampliaremos. Si todo va sobre rieles, no nos tendríamos que sorprender que el propio Presidente se involucre”, dijo el consultor Salvador Distéfano, de trato directo con la Casa Rosada.

Mientras tanto la cadena de pagos se tensa. En las últimas horas la preocupación del mercado de granos se centró en una agropecuaria con base istrativa en Rosario que trabaja campos en 4 zonas del centro de la provincia (por ejemplo Rafaela y Cañada Rosquín) y tres zonas del este cordobés (Marcos Juárez, entre ellas).

Por ahora la empresa está en correcta relación con los bancos, pero los que están preocupados son los contratistas y proveedores de insumos. Y desde la agropecuaria le transmiten a clientes y proveedores que esperan sobrellevar la tensión.

“Estamos esperando pasar la frontera de mayo. Hay que pasar el otoño. Ni siquiera el invierno”, dijo a la prensa Diego Napolitano, presidente de la Cámara que nuclea a los proveedores de insumos de Buenos Aires.

El problema de las agronomías es que quedaron muy expuestas ante el “riesgo chacarero”  porque en la última campaña la financiación bancaria fue cara así que las propias insumeras (con mayor o menor cuerda de las fábricas) fueron las que prestaron al productor, que venía golpeado de varias secas. Y cuando lo hicieron no estaba en los planes que sobre el final de la campaña se tense por el clima. 

En mayo, cuando el productor tenga la cosecha en sus manos, se verá si la plata alcanzará para pagar todo. 

Por su parte, el gobierno provincial sigue el tema muy de cerca porque sabe que la falta de lluvias puede derivar en falta de plata en el agro. Este martes y miércoles, el ministro de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini, estará con el tema emergencia agropecuaria en el norte, hablando con productores y entregando fondos de la emergencia.

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Sigamos por el campo. Y el tema es la inseguridad en áreas rurales, del que venimos advirtiendo en esta columna, porque no cede.

El presidente de la Sociedad Rural de Rafaela, Leonardo Alassia, salió a defender el trabajo de la guardia rural, conocida como los Pumas, y de paso le puso el hombro el reclamo de mayor presupuesto para esa fuerza.

“Hacen muy buen trabajo con los pocos recursos que tienen, sobre todo para la prevención del delito. No sólo les faltan recursos humanos, sino también armas, drones, camionetas y hasta combustible. Es mucho lo que pueden hacer en relación al presupuesto que tienen y los sueldos que cobran. Para mejorar el combate a la inseguridad en el campo, hay que atender a los Pumas”, dijo a Radiópolis, en la mañana de Radio 2.

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Una cortita y al pie de finanza antes de meternos en un tema fuerte de este Run Run.

La fintech de una de las principales casas de Bolsa de Buenos Aires está por lanzar un acuerdo con el Banco Municipal de Rosario que le permitirá a todos los clientes de la entidad bancaria acceder a su plataforma a inversiones.

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Vamos ahora a uno de los puntos fuertes de este Run Run y tema central de esta columna dominguera: la urgente necesidad de obras de infraestructura para afrontar los desafíos del crecimiento urbano en una de las áreas metropolitana de mayor crecimiento: el oeste del Gran Rosario, con Funes como centro. 

Y el punto a tratar es el siguiente: ¿cuánto dinero se necesita en obras para hacer frente al impacto hídrico del crecimiento urbano en torno a la cuenca del Ludueña y poder afrontar el crecimiento proyectado?

Y además un tema no menor: ¿quién pagará esa cuenta? ¿de dónde saldrá la plata?

La cuenca del ludueña tiene unos 750 km2 (75 mil ha), recorre 15 localidades y hasta recibe aportes de la cuenca del arroyo San Lorenzo, por lo que todo lo referente al impacto hidrológico aguas abajo (como niveles, volúmenes y velocidad de caudales) debe analizarse como una sola unidad de planificación.

Y la cuestión hídrica es delicada. Según el informe que el Instituto Nacional del Agua (INA) le acercó a la provincia, en los últimos 10 años el área urbanizada se incrementó un 200% sobre todo aguas abajo de la represa Gualberto Venesia.

Ese crecimiento del suelo urbano (y productivo) altera el escurrimiento ante lluvias y crecidas y eleva los riesgos en muchas áreas delicadas de la cuenca.

“En 2015 se encargó un estudio que propuso una solución para regular la cuenca: se definió la construcción de 5 represas que permitirían atenuar los impactos. En concreto, se definió una represa en la cuenca San Lorenzo y luego otras 4 en el Ludueña (canal de la Legua, Ibarlucea,  Ricardone y Zaballa)”, señaló el secretario de Recursos Hídricos de Santa Fe, Nicolás Mijich.   

El funcionario disertó en un encuentro organizado por el Instituto de Desarrollo Regional compartiendo con Gustavo Villa Uría, ingeniero especializado en recursos hídricos, y el anfitrión Juan Carlos Venesia, ex presidente de Aguas Santafesinas y titular del Programa de Infraestructura Regional de la UNR 

El webinar del IDR sobre desafíos hídricos en la región

¿Cuánto costaría realizar todas esas obras? “Estaríamos hablando de entre u$s130 y u$s150 millones de dólares?”, respondió Mijich. Y llegamos al punto más neurálgico: ¿A quién le corresponde pagar esas obras">