En medio de la despedida de uno de los estadios más históricos del Reino Unido, un gesto profundamente humano conmovió a miles de personas: un hincha del Everton llevó las cenizas de su padre y las dejó debajo de su asiento en Goodison Park, el lugar donde compartieron tantos recuerdos.
“Traje las cenizas de mi padre conmigo. Para siempre en Goodison”, escribió Neil (@Neilo_m) en redes sociales este domingo, transformando un momento íntimo en un símbolo de amor, memoria y pertenencia, que simbolizó también el profundo vínculo entre fútbol y familia a nivel global.
Acompañó el mensaje con una foto que muestra las cenizas bajo el asiento de plástico azul número G64, rodeada de una bufanda del club. La publicación recibió miles de interacciones y se convirtió en símbolo de la profunda conexión emocional que muchos aficionados tienen con el estadio y con sus seres queridos.
Goodison Park vivió una jornada cargada de emoción y nostalgia. En el último partido del primer equipo masculino —tras 133 años de historia—, el Everton venció por 2-0 ante Southampton, con doblete de Iliman Ndiaye, y hubo homenajes a leyendas del club.
Goodison Park, inaugurado en 1892, fue escenario de grandes hazañas y el hogar espiritual de generaciones de hinchas del Everton. El equipo principal del club se mudará la próxima temporada al moderno estadio en Bramley-Moore Dock, con capacidad para más de 52.000 espectadores.
Pero el viejo estadio seguirá vivo: será el nuevo hogar del Everton femenino. “Es un estadio emblemático y con una rica historia. Muestra una gran voluntad por parte de los nuevos propietarios y es un referente en el fútbol femenino”, expresó Meg Finnigan, capitana del equipo.