Ucrania anunció este martes que atacó el puente que conecta Rusia con la península de Crimea, ocupada desde 2014, con explosivos colocados bajo el agua. Se trató del tercer ataque contra un eslabón de la línea de suministro para las fuerzas de Moscú desde que comenzó la guerra en 2022.

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) informó en Telegram que sus agentes minaron los pilares del puente de Crimea, también llamado Puente Kerch, y detonaron el primer explosivo a las 4.44 de la mañana (hora local) de este martes. La operación fue el resultado de “varios meses” de trabajo y no dejó víctimas civiles, añadieron.

La agencia afirmó haber utilizado 1.100 kilogramos de explosivos que dañaron gravemente los pilares submarinos que sostenían el puente.

El tráfico en el puente se suspendió la madrugada del martes y de nuevo a media tarde, antes de reanudarse poco antes de las 6 p.m. Aunque en principio la magnitud de los daños no estaba clara, el ataque representa el más reciente ejemplo de los intentos del SBU para tomar por sorpresa a Moscú.

El domingo, Ucrania lanzó un ataque con drones contra varios bombarderos con capacidad nuclear estacionados en aeródromos rusos. Vasul Malyuk, jefe del SBU, afirmó que la denominada “Operación Telaraña” causó daños estimados en USD 7.000 millones e impactó al 34% de los portamisiles de crucero estratégicos rusos, 40 aviones militares utilizados para bombardear ciudades ucranianas durante la guerra.

En cuanto al ataque de este martes, Malyuk indicó que el puente es un “objetivo completamente legítimo”, debido a que Rusia lo utiliza “como arteria logística para abastecer a sus tropas” que combaten en Ucrania continental. Ucrania ya había atacado el mismo puente en 2022 y 2023.

El puente, que se convirtió en el más largo de Europa, fue construido tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Putin lo inauguró en 2018 y el proyecto costó alrededor de US$ 3.700 millones.

Si el puente quedara destruido o gravemente dañado, Moscú se quedaría con una única ruta terrestre importante desde Rusia a lo largo de la costa sur de Ucrania para apoyar a decenas de miles de soldados que luchan por mantener el territorio capturado en las primeras semanas de la invasión.

En respuesta a los ataques ucranianos, Moscú lanzó una ofensiva aérea de gran escala, con 472 drones y siete misiles durante la noche del domingo, según las fuerzas armadas ucranianas. Un bombardeo contra una unidad de entrenamiento dejó al menos 12 soldados muertos y 60 heridos, lo que derivó en la renuncia del comandante de las fuerzas terrestres, Mykhailo Drapatyi.

Las ofensivas ucranianas se produjeron en el marco de la segunda ronda de negociaciones directas entre Kiev y Moscú, celebrada este lunes en Estambul.

Ambas ofensivas ucranianas se produjeron en el marco de la segunda ronda de negociaciones directas entre Kiev y Moscú, celebrada este lunes en Estambul. El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umiérov, informó que acordaron la liberación de todos los prisioneros de guerra menores de 25 años, los seriamente heridos y aquellos con enfermedades graves.

En ese marco, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky puso como condiciones para el avance de las conversaciones un alto el fuego “completo e incondicional” y el retorno de prisioneros y menores deportados. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso anunció la captura del pueblo de Oleksiivka, en la región ucraniana de Sumy, lo que ha llevado a evacuaciones forzadas en 11 localidades.