A un año de la muerte del padre Tomás Santidrián, su creación, el Hoprome, sufre una crisis económica y financiera que obligó a cerrar uno de los 4 hogares que la componen. Sin el mismo caudal de donaciones y con una asistencia irregular del Estado en todos sus niveles, peligra la continuidad de la obra del sacerdote.
Así lo expresó, en diálogo con el periodista Roberto Caferra (Radiópolis, Radio 2), el vicepresidente de Hoprome, Javier Bilbao. “Necesitamos auxilio y ayuda”, señaló y explicó: “La obra está en funcionamiento pero realmente, estamos en un momento crítico”.
De acuerdo a lo que expuso “el padre recibió de todo el mundo ayuda directa pero desde que falleció esta ayuda de empresas no existe”. La asistencia del Estado, en tanto, tampoco les permite un descanso: “La pequeña ayuda de la Municipalidad llega tarde”, se quejó.
Así las cosas, de los 4 hogarcitos fundados por Santidrián, uno ya está cerrado. “Ojalá no sea un cierre permanente”, indicó Bilbao, quien contó que reciben niños y niñas de entre 5 y 12 años que atraviesan problemas familiares. “La misma Provincia nos asigna chicos, sin embargo al hogar cerrado no podemos reabrirlo”, observó.
“No estamos fundidos pero tenemos un problema financiero serio”, remarcó y finalizó: “Tenemos toda la estructura de talleres parada”.