En un país donde todo es simultáneo, el jueves fue un desfile de decisiones, tensiones y gestos que hablan del pulso real de la economía argentina y global. En el Congreso, la rosca por las jubilaciones y la emergencia por discapacidad pasó al Senado -en realidad a la pelea entre el gobierno y los gobernadores-. Mientras tanto, el oficialismo avanzó con su proyecto estrella: permitir el uso de los dólares que se guardan "debajo del colchón". La idea es tentarlos con una legalización exprés, pero que termina metiendo a los ahorristas en la mira del fisco para el futuro.
La otra gran movida oficial fue el operativo “Repo 2.0”. El ministro de Economía, Luis Caputo, acelera gestiones para conseguir más dólares vía préstamos colaterales, como el que obtuvo en enero por US$1.000 millones a 8,8% anual. Al mismo tiempo, se preparan dos licitaciones clave de deuda en pesos: el Bonte 2030, que pagó 30% la semana pasada, ahora apunta a colocarse con una tasa algo menor. El mensaje es claro: buscar financiamiento sin pisar el acelerador de tasas.
El secretario de Finanzas Pablo Quirno aseguró que ya están los dólares para pagar los US$4.500 millones en vencimientos de julio a los tenedores de bonos emitidos por Martín Guzmán. Con esa promesa, el Gobierno espera contener expectativas, mantener el dólar controlado y mostrar un sendero de desinflación, aunque no convenza ni al FMI, que sigue exigiendo acumulación de reservas, ni al mercado, que reacciona con desconfianza.
Ese jueves, el mercado financiero respondió sin pánico, pero con síntomas: el dólar blue bajó, pero el MEP y el contado con liquidación subieron. El Banco Central perdió otros US$72 millones de reservas, y los bonos en dólares volvieron a caer, empujando el riesgo país a 688 puntos, su nivel más alto en un mes. Como broche, desapareció el índice del MAE que refleja el movimiento de los bonos, algo que muchos analistas le atribuyen a presiones del Gobierno.
Pero no solo en Argentina hubo cimbronazos. En el plano internacional, el choque entre Donald Trump y Elon Musk hizo temblar Wall Street: Tesla cayó más de 14% en una sola jornada, acumulando una baja del 49% en apenas cuatro meses. Perdió casi 150.000 millones de dólares de valorización en un día. El presidente estadounidense acusó a Musk de ser un empresario “hostil” y, en simultáneo, después de conversar con con Vladimir Putin y Xi Jinping en 24 horas. Con el chino hablaron “casi completamente sobre comercio”, según informó la Casa Blanca, mientras que el ruso prometió represalias contra Ucrania.
Ese cóctel geopolítico provocó una bifurcación en los mercados norteamericanos: más compras de bonos de la FED y caída en las tasas largas. A su vez, el Dow Jones bajó 0,2%, el S&P perdió 0,5% y el Nasdaq retrocedió 0,8%. La Bolsa de Buenos Aires, en ese contexto, logró un “mal menor”: cayó apenas 0,2% y algunos ADR argentinos en Nueva York repuntaron entre 1% y 3%.
En commodities, hubo rebote para el petróleo (+0,8%), resultados mixtos para los metales y una buena jornada para los granos: la soja subió fuerte en Chicago y Rosario, alcanzando $322.500 por tonelada, mientras que el maíz y el trigo también anotaron alzas. El único que no levanta cabeza sigue siendo el Bitcoin, que cayó otro 2,1%, arrastrando consigo al resto del cripto, aún golpeado por el temor a nuevos escándalos de espionaje y hackeos.
En resumen, Argentina se debate entre ideas de campaña, deudas que vencen, medidas que ilusionan a algunos y asustan a otros. Y mientras los dólares del colchón esperan su destino, el mundo exterior lanza señales claras: la volatilidad no es una opción, es la nueva normalidad.
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