YPF apuesta fuerte al GNL: Dos buques gigantes y socios italianos para exportar desde Vaca Muerta

La apuesta de YPF por exportar gas licuado con gigantes mundiales podría transformar el panorama energético y económico. Analizamos el impacto de esta jugada para el desarrollo y las empresas locales

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El pulso de la actividad económica en la región siempre ha estado marcado por una combinación de olfato criollo y la necesidad imperiosa de adaptarse a un entorno que, como el cauce del Paraná, a veces fluye sereno y otras se muestra embravecido. En este contexto, donde la planificación estratégica se convierte en el timón para navegar aguas turbulentas, las noticias que emanan de los sectores neurálgicos de la economía nacional no son meros titulares, sino señales que pueden reconfigurar el mapa de oportunidades. Y en el horizonte cercano, se perfila un movimiento de piezas de gran envergadura en el tablero energético argentino, un sector que, por su naturaleza transversal, tiene el potencial de irrigar con nuevas dinámicas a todo el entramado productivo.

Recientemente, desde la Cordillera, más precisamente en San Carlos de Bariloche, epicentro de un encuentro clave sobre Energía y Producción, llegaron novedades que resuenan con fuerza. Horacio Marín, al frente de YPF, la petrolera de bandera, desgranó una visión que tiene como protagonista estelar al Gas Natural Licuado (GNL) y su potencial exportador. No se trata de una simple declaración de intenciones; se anunció un viaje inminente a Italia, este mismo viernes, con el objetivo de sellar un acuerdo con ENI, uno de los gigantes energéticos del viejo continente. La conversación, que se anticipa incluirá a la propia primera ministra italiana, Giorgia Meloni, tiene como eje un contrato de compromiso de inversión que pondría en blanco y negro la exportación de unos 50 millones de metros cúbicos de gas. "Venimos trabajando bien con la empresa", deslizó Marín, dejando entrever que las negociaciones están maduras y a punto de dar fruto.

Pero, ¿qué significa realmente esta apuesta por el GNL y por qué debería captar nuestra atención? Pensemos en el gas natural que conocemos, ese que llega por cañerías. El GNL es ese mismo gas, pero sometido a un proceso de enfriamiento extremo, a unos -162° Celsius, que lo transforma en líquido. Al volverse líquido, su volumen se reduce unas 600 veces. Imaginen tener que transportar una montaña de algodón; sería engorroso y poco eficiente. Pero si comprimimos ese algodón en pequeñas y densas pacas, la logística cambia radicalmente. Eso es, en esencia, lo que se logra con la licuefacción del gas: hacerlo transportable a grandes distancias en barcos metaneros especialmente diseñados, abriendo mercados que de otra manera serían inaccesibles. Esta capacidad de "empaquetar" la energía y llevarla a donde se la necesita es lo que convierte al GNL en una commodity global de creciente relevancia. Para un país como Argentina, con las vastas reservas de Vaca Muerta, esto no es un detalle menor; es la llave para monetizar un recurso que, de otra forma, quedaría confinado a mercados regionales o al consumo interno.

La magnitud del proyecto que se está gestando se refleja en el anuncio de la incorporación de "dos barcos de GNL, cada uno de 6 millones de toneladas, que son los más grandes que se están construyendo en el mundo", según palabras del propio Marín. Estos colosos marítimos son la punta de lanza de una estrategia que busca posicionar a Argentina como un jugador relevante en el mercado global de energía. La alianza con ENI no es casual. Como bien señaló el CEO de YPF, "Eni es nuestro socio estratégico que tiene muchísimo conocimiento en el offshore". Esta sinergia, donde se combinan los recursos de una parte con la experiencia técnica y el a mercados de la otra, es un ejemplo clásico de cómo se construyen los grandes proyectos. A menudo se dice que en los negocios, como en la vida, "se alinearon todos los planetas", y parece ser el caso aquí, con la suma de un tercer jugador "muy importante a nivel mundial" que se espera se una a esta iniciativa, cuyo compromiso final se aguarda para fines de este año.

"El GNL hace 16 meses nadie pensaba que podía ser una realidad y la verdad que estamos muy avanzados", confesó Marín.

El optimismo es palpable. "El GNL hace 16 meses nadie pensaba que podía ser una realidad y la verdad que estamos muy avanzados", confesó Marín. Esta aceleración en los planes habla de una ventana de oportunidad que se busca aprovechar con decisión. La meta es ambiciosa: alcanzar una capacidad de exportación de 75 millones de metros cúbicos anuales sumando todos los proyectos de GNL en marcha. Esto no solo implicaría un ingreso significativo de divisas, tan necesarias para la estabilidad macroeconómica, sino también un impulso formidable para la actividad en la cuenca neuquina. Se estima que, para cumplir con estas proyecciones, Vaca Muerta necesitará la perforación de unos 800 nuevos pozos de gas hasta 2031. Para ponerlo en perspectiva, esto representa casi un 50% más de los pozos ya perforados desde el inicio de la explotación del yacimiento no convencional. Es, sin duda, un desafío técnico, logístico y de inversión de proporciones mayúsculas, un verdadero "laburo" monumental.

La importancia de desarrollar una industria exportadora de GNL trasciende lo meramente económico. En un mundo que debate la transición energética y la seguridad de suministro, el gas natural se presenta como un combustible de transición crucial. Poder ofrecerlo al mercado internacional no solo genera ingresos, sino que también otorga a Argentina un rol geopolítico más activo. La creación de una nueva matriz exportadora, con el GNL como uno de sus pilares, es una forma de moldear activamente el porvenir económico del país. La inversión en infraestructura asociada –plantas de licuefacción, gasoductos, puertos– es otro componente vital. Cada eslabón de esta cadena de valor representa no solo inversión directa, sino también la potencial generación de empleo calificado y el desarrollo de proveedores locales que puedan estar a la altura de las exigencias de una industria de clase mundial. Pensemos en la metalmecánica, los servicios especializados de ingeniería, la logística compleja que demandan estos emprendimientos.

Empresas como Techint, con su experiencia en la construcción de gasoductos como el Néstor Kirchner, o Pampa Energía, con sus inversiones en generación eléctrica y producción de gas, son ejemplos de actores nacionales que ya juegan un papel crucial en el sector y que, inevitablemente, se verán impactados y, a su vez, podrán ser protagonistas de esta nueva etapa. La escala de las operaciones en Vaca Muerta y los proyectos de exportación de GNL requieren un ecosistema empresarial robusto y con capacidad de respuesta. La demanda de servicios, tecnología y equipamiento abrirá, sin duda, avenidas para aquellas firmas que demuestren agilidad, calidad e innovación. No se trata solo de grandes conglomerados; la capilaridad de estas inversiones suele alcanzar a empresas de menor tamaño pero altamente especializadas.

Es fundamental comprender que este tipo de desarrollos no ocurren en el vacío. Requieren un marco de previsibilidad regulatoria, condiciones atractivas para la inversión a largo plazo y una visión compartida entre el sector público y el privado. El sector energético argentino, y en particular el GNL derivado de Vaca Muerta, parece ofrecer esa combinación de un recurso abundante y una demanda global sostenida. "El riesgo viene de no saber lo que estás haciendo", afirmó en una ocasión, y en este caso, el conocimiento técnico y la experiencia de socios estratégicos como ENI son fundamentales para mitigar esos riesgos inherentes a proyectos de tanta complejidad.

La confirmación de estos acuerdos y el avance sostenido en la materialización de la infraestructura necesaria para la exportación de GNL podrían significar un antes y un después para la economía argentina. La posibilidad de contar con un flujo constante y creciente de dólares genuinos provenientes de un sector con alto valor agregado es una perspectiva que entusiasma. El camino no estará exento de obstáculos, como en toda empresa ambiciosa, pero la dirección parece estar trazada con una claridad que hacía tiempo no se percibía en proyectos de esta envergadura. 

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