Este miércoles es un día para seguir de cerca los mercados, no solo por la licitación en la que Caputo espera captar US$ 1.000 millones con un bono “sintético” atado a pesos, sino porque el contexto internacional, el consumo interno y los síntomas sociales dibujan un tablero de máxima complejo.
Mientras Japón reaviva los fantasmas de una nueva crisis de deuda global y su moneda cae a mínimos históricos, en Argentina las familias usan la tarjeta para comprar comida, las marcas de ropa bajan precios hasta 40% para competir con importadas y el Gobierno lanza un instrumento que mezcla riesgo político con contabilidad creativa.
El bono “sintético” de Caputo: dólares que entran, pesos que salen
La operación estrella del día será la colocación de un bono a cinco años, con tasa en pesos, sin cobertura cambiaria, que los inversores deberán suscribir con dólares. Caputo necesita conseguir al menos US$ 1.000 millones para cumplir con las metas del FMI y evitar pedir un waiver a 60 días del último acuerdo.
La gran incógnita: ¿qué tasa pedirán los inversores? Si aceptan una del 20-25%, será visto como una señal de confianza.
Japón sacude al planeta
En paralelo, Japón encendió una señal de alerta global. La caída del yen frente al dólar, la desconfianza en la sostenibilidad de su deuda y la respuesta ambigua del Banco Central japonés pusieron en guardia a los principales fondos del mundo. Las alarmas se multiplicaron: si el país más endeudado del planeta entra en zona de turbulencia, nadie estaría a salvo.
Argentina no es ajena. Cada punto extra de tasa en EE.UU. o Japón encarece el costo argentino, ya elevado. Hoy, el riesgo país se mantiene en 666 puntos, pero analistas coinciden: si la licitación sale bien, podría bajar a 450. Aun así, seguiría siendo una tasa del 9% para colocar deuda: insostenible a largo plazo.
Mientras tanto, en la calle: marcas en liquidación y comida fiada
La crisis se siente en el changuito. Más del 53% de las familias argentinas ya recurre a tarjetas de crédito para comprar alimentos básicos, según datos recientes. En los barrios, los márgenes no existen: las cuotas ya no son para electrodomésticos, sino para carne y fideos.
Las marcas de indumentaria, por su parte, comenzaron a bajar hasta un 40% y 50% sus precios para competir con productos importados, sobre todo de Asia, que ganan terreno por la apertura comercial. No es una estrategia de marketing: es supervivencia.
El consumo interno sigue deprimido y el crédito personal se vuelve respirador artificial. La suba de tarifas y la caída del salario real consolidan una economía donde el “ajuste” ya no es una política: es una forma de vida.
Dólar oficial en movimiento
Por su parte, los dólares financieros subieron apenas: el MEP se ubicó en $1.159, el CCL en $1.171, mientras el blue se mantuvo en $1.180/1.190.
Caputo necesita al menos US$ 5.000 millones más en los próximos 19 días para cumplir con vencimientos claves. Y no lo está consiguiendo ni en plena liquidación de soja y maíz.
El mercado lo sabe. Por eso el foco no está solo en si entra la plata hoy.
En resumen: mientras el mundo observa con cautela lo que pase con Japón, la Argentina juega su propio partido. Caputo apuesta, los inversores calculan, y la calle busca en un contexto de escases de pesos.
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