La economía argentina vive un nuevo sacudón de anuncios, tensiones y cambios que redefinen el clima de negocios, con la novedad de que el Gobierno anunciaría este jueves la esperada flexibilización del uso de los dólares “bajo el colchón”.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, anticipó que el nuevo régimen está en su etapa final y que será comunicado en las próximas horas. La idea es que, sin blanqueo formal, las personas puedan usar sus dólares sin declarar para compras, inversiones o incluso financiar adquisiciones en cuotas. Es el paso final en una estrategia de apertura cambiaria gradual que busca aumentar el volumen de transacciones y dinamizar la economía informal sin colisionar con los organismos internacionales.
En paralelo, el mercado de pesos vive su propia batalla: los bancos están modificando las tasas de plazos fijos casi a diario, tratando de contener la migración masiva de depósitos hacia billeteras virtuales. Esta guerra de tasas refleja la volatilidad del ahorro en moneda local.
En medio de este escenario, Marcos Galperin, fundador y CEO de Mercado Libre, sorprendió al anunciar que dejará su cargo operativo a partir de 2026. La decisión, que definió como “muy difícil”, fue comunicada en una carta pública. Su reemplazante será Ariel Szarfsztejn, actual presidente de e-commerce de la compañía. Galperin seguirá como presidente del directorio, marcando el cierre de una era para uno de los empresarios más influyentes del país.
En lo financiero, el entusiasmo de lunes y martes se evaporó el miércoles. Los bonos bajaron, el riesgo país no reaccionó, y la Bolsa de Buenos Aires bajó un 2,5%. Solo los granos dieron buenas noticias: la soja cerró en $315.000 la tonelada en Rosario. El plan que se presentará para que el sector agroindustrial reciba inversiones por US$ 400 millones. Será en el Congreso Maizar 2025 como próxima vidriera también de la transición energética y el desarrollo agroindustrial.
Mientras tanto, el EMAE de marzo cayó 1,8% respecto a febrero, rompiendo una racha de diez meses de suba. A pesar de que la variación interanual sigue en positivo (5,6%), se encendieron las alarmas sobre el freno productivo.
La agenda gremial también calienta motores. La UOM tensiona aún más Tierra del Fuego, donde la preocupación por el régimen de promoción no ceden. Por su parte, ATE y CTA se movilizan este jueves al Ministerio de Economía en reclamo de una reapertura paritaria “real” y no simbólica. Vale recordar que el gobierno tiene pisadas las paritarias: ninguna puede ser mayor al 1% mensual. Y como si fuera poco, el gobierno reglamentó el derecho de huelga en sectores clave como salud, transporte y educación, obligando a garantizar servicios mínimos de hasta el 75%, lo que desató la furia de la CATT.
En los mercados internacionales, un empinamiento de las tasas largas por temor a que los aranceles impulsados por Trump recalienten las previsiones de inflación en EEUU. Ese combo hizo que cayera el interés por los bonos de la Fed y creciera el temor global a una recesión.
En Argentina, el dólar oficial subió a $1.164,27, el blue se mantuvo en $1.190, el MEP bajó a $1.148,78 y el contado con liqui a $1.165,46.
Para cerrar, FocusEconomics ajustó sus proyecciones y estima que el dólar oficial podría cerrar 2025 en $1.306,4, con una depreciación del 21,3%. El acuerdo con el FMI (que ya giró USD 12.000 M al BCRA) funciona como ancla, pero el superávit comercial sigue cayendo: en abril fue de apenas USD 204 M, un derrumbe del 88% interanual.
Todo esto sucede en medio de un contexto político, económico y social donde los cambios llegan como ráfagas, los CEOs se repliegan, y los dólares –en negro o declarados– definen el pulso del mercado. ¿Y lo que viene? Solo el jueves lo dirá.
Comentarios