Caputo: "La competitividad se construye bajando impuestos y desregulando." Una visión clara para los empresarios

La palabra oficial sobre la inflación que se "colapsa" y el ansiado regreso al mercado de capitales. El Ministro de Economía adelanta las jugadas clave que definirán el futuro financiero del país

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En el vasto universo de las ideas económicas, una reciente entrevista con el Ministro de Economía, Luis Caputo  durante el AmCham Summit 2025, arrojó luz sobre la visión del gobierno para una Argentina más competitiva, un tema que resuena con particular fuerza entre los empresarios urbanos y del agro de nuestra querida provincia de Santa Fe. El ministro, con su vasta experiencia en el ámbito gubernamental, desgranó un modelo que se distancia de las recetas del pasado, buscando una senda de crecimiento y desarrollo para el país.

Caputo fue categórico al señalar que la competitividad no se logra a fuerza de devaluaciones constantes, tipos de cambio reales altos y salarios de miseria. “Argentina viene acostumbrada a un falso modelo de competitividad que es el de, digamos, devaluaciones constantes, tipo de cambio real alto, salarios bajísimos en dólares, e industrias protegidas”, afirmó. Esta receta, lejos de generar prosperidad, ha ensanchado la brecha entre ricos y pobres, llevando a niveles de pobreza altísimos y a un rosario de problemas económicos que todos conocemos de primera mano: inflación descontrolada, desequilibrio fiscal y monetario, crisis, defaults y hasta corralitos. En criollo, una calesita que no paraba de girar y siempre nos dejaba en el mismo lugar, o peor.

“Nosotros creemos que la forma de ganar competitividad es nosotros bajando impuestos y desregulando y abriendo de desde ese lado la economía y desde el sector privado invirtiendo”, enfatizó Caputo.

El camino que propone el gobierno, según el ministro, es radicalmente distinto: bajar impuestos, desregular la economía y propiciar la inversión privada. “Nosotros creemos que la forma de ganar competitividad es nosotros bajando impuestos y desregulando y abriendo de desde ese lado la economía y desde el sector privado invirtiendo”, enfatizó Caputo. Esta visión, que prioriza la eficiencia y la inversión, busca que las empresas, tanto las grandes como las pymes del cordón industrial santafesino o los productores rurales, puedan generar más y mejores oportunidades. No se trata, aclaró, de una apertura indiscriminada, sino de un proceso inteligente y gradual, conversado con las industrias, que implica bajar aranceles a los bienes de capital y eliminar impuestos de a poco, para que la competencia se vaya instalando sin generar distorsiones.

“Hoy hemos bajado en diferentes bienes de capital, muchos relacionados, algunos con la construcción, ascensores y demás cosas que tienen impacto claramente”, detalló Caputo.

Justamente, en relación con la baja de aranceles, el ministro confirmó la reducción en 27 bienes de capital, muchos de ellos relacionados con la construcción, como ascensores, un sector que siempre está en la mira de nuestros emprendedores. Si bien el Mercosur tiene un arancel promedio del 12,6%, Argentina había subido esos aranceles hasta un 35% en algunos casos. “Hoy hemos bajado en diferentes bienes de capital, muchos relacionados, algunos con la construcción, ascensores y demás cosas que tienen impacto claramente”, detalló Caputo. Esto lleva el arancel promedio de bienes de capital a un 6%, con algunos productos en cero cuando no se fabrican en el país. En definitiva, una movida que busca abaratar los costos de inversión para el sector productivo y, por ende, incentivar la producción y la creación de empleo en nuestras localidades.

Sin embargo, el ministro no se anduvo con chiquitas al reconocer las dificultades del contexto. “Tenemos que seguir bajando impuestos. Lo que pasa es que esto lo estamos haciendo desde una posición muy difícil”, señaló, haciendo hincapié en que, si bien se ha superado el riesgo de hiperinflación, la ansiedad por ser “Suiza mañana” no condice con la realidad. Las reformas de fondo, como la laboral o la tributaria, requieren de apoyo político, y en Argentina, como bien sabemos, la rosca política a veces es más compleja que resolver un cubo mágico. “Hay un gran porcentaje de políticos que quiere que al país le vaya mal. Entonces, cualquier cosa que nosotros presentemos, si es buena para el país, no la van a apoyar”, disparó el ministro. Por eso, el foco está puesto en que la gente vea los resultados concretos del modelo. “Si vos bajás impuestos, como hicimos nosotros, que bajamos 19 impuestos por más de dos puntos de producto, que sacamos 10 millones de argentinos de la pobreza, bueno, la gente empieza a ver resultados. Eso es para nosotros la clave”, remarcó.

La estabilidad macroeconómica es, a su entender, el pilar fundamental para que el programa dé frutos. Citó el ejemplo de una empresa energética que recientemente colocó un bono a 10 años, una operatoria impensable tiempo atrás. “La estabilidad macroeconómica es lo que está haciendo esto posible. Y esto va a ser, esto es, digamos, producción futura, esto es mayores ingresos que nosotros no aumentando el nivel de de gasto lo vamos a traducir en menores impuestos”, explicó Caputo. Con un crecimiento proyectado del 6% al 8%, el gobierno espera devolver al sector privado entre 420.000 y 550.000 millones de dólares en los próximos seis años, una cifra que, de concretarse, sería una verdadera lluvia de inversiones para nuestras empresas.

Otro punto crucial que abordó el ministro fue el de Argentina a los mercados de capitales, un talón de Aquiles histórico. Con un pasado de defaults y devaluaciones, el país paga hoy el costo de haber hecho las cosas mal. “Uno paga el costo de hacer las cosas mal y en particular se exacerbó en los últimos 20 años, en los 16 años kirchneristas”, sentenció Caputo. No obstante, el gobierno ya no tiene déficit, lo que significa que no necesita emitir deuda para financiarlo. La meta, entonces, es poder refinanciar el capital, y el ministro se mostró optimista de que Argentina recuperará el a los mercados este mismo año. “Lo que es seguro es que trabajamos para acceder acá con todos, con todo el equipo económico, trabajamos para acceder lo más rápido posible. Yo soy optimista que va a ser este año”, vaticinó. Mientras tanto, el programa económico sigue funcionando con creces, con un fuerte crecimiento de la economía, una inflación que “está colapsando” y un superávit primario que supera las expectativas.

“La inflación va a converger, sin ninguna duda, vamos a converger a niveles internacionales, más temprano que tarde, porque en economía de vuelta no hay casualidad, es todo causalidad” sentenció Caputo

Justamente, sobre la inflación, un tema que desvela a cualquier empresario que tiene que ponerle precio a sus productos, Caputo fue contundente: “Va a converger, sin ninguna duda, vamos a converger a niveles internacionales, más temprano que tarde, porque en economía de vuelta no hay casualidad, es todo causalidad”. Para el ministro, el famoso “sobrante monetario” se ha reducido drásticamente y la demanda de dinero ha crecido, lo que indica que se está cerca de equilibrar la balanza y alcanzar niveles de inflación mucho más parecidos a los del resto del mundo.

Un concepto que generó particular interés, y que toca de cerca la realidad de muchas empresas que operan con cierto nivel de informalidad, fue el de la remonetización de la economía y cómo poner en valor los dólares “guardados bajo el colchón”. Caputo desmintió categóricamente los rumores de un blanqueo o de límites de $100.000. “Les diría que lo que vamos a hacer es algo mucho más profundo. Es un cambio desde el inicio de un nuevo régimen, yo diría de alguna manera”, adelantó. La informalidad en Argentina, explicó, no solo es producto del exceso de impuestos, sino también del exceso de regulaciones. El país, lamentó el ministro, se ha acostumbrado a regular para la excepción, asumiendo que casi todo el mundo es un delincuente, lo que “vuelve loco a todo el mundo” y empuja a la gente a la informalidad. “No puede ser que que digamos que todos quieran regular todo en Argentina y pedirnos de todo (para transaccionar). O sea, porque no es solo los bancos, es los bancos, las inmobiliarias, las escribanías, el registro automotor, los consorcios, o sea, todos te piden todo. La gente se harta de eso”, ejemplificó con un caso personal de un cliente bancario al que le pidieron justificación por una transferencia a su esposa.

El plan, entonces, es simplificarle la vida a los argentinos eliminando regulaciones que hoy no tienen sentido y que, paradójicamente, han multiplicado la informalidad. “Este esquema, al contrario de lo que se dice, apunta a ganar formalidad, pero desde por la positiva que es no volviendo loco más a la gente”, sostuvo Caputo. Esto implicaría un cambio normativo amplio, que dé más libertad al ciudadano para transaccionar en diferentes monedas y que cada ente regule solo lo que le corresponde, sin pedir la misma información una y otra vez. “Más importante, ya sabemos lo que no funcionó, entonces probemos otra cosa”, desafió el ministro.

“Si el programa funciona, sí, como está funcionando ahora, entonces esa métrica no va a ser un problema" explica el Ministro Caputo

Finalmente, sobre el tema de las reservas, un indicador clave para la salud de la economía, Caputo explicó que la acumulación de las mismas es una consecuencia directa del buen funcionamiento del programa económico. Si el programa funciona, como lo está haciendo ahora, las reservas no serán un problema. “Si el programa funciona, sí, como está funcionando ahora, entonces esa métrica no va a ser un problema porque como bien decías antes, por ejemplo, nosotros podemos acumular reservas no solo el Banco Central comprando en el piso de la banda, sino por la cuenta capital. O sea, si nosotros recuperáramos a los mercados, sería otra forma, como una compañía financiándose”, concluyó. En definitiva, un panorama complejo pero con un claro norte, buscando que el país, y con él nuestras empresas y productores, puedan finalmente echar raíces y crecer sin los sobresaltos del pasado.

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